Sabemos que en los últimos años las prácticas dentro del BDSM han llamado muchísimo la atención de las personas. Hoy queremos explicarles y darles una breve guía acerca de la B, el Bondage.
¿Qué es?
El bondage es una palabra de origen francés, que significa escl@vitud, pero en el enfoque s3xual se utiliza para definir todas la prácticas que tienen que ver con inmovilizar parcial o totalmente a una persona por medio de ataduras y esto puede ser a través de cuerdas u otros elementos. Su límite es el dolor, pues este no se considera la fuente de placer. El atractivo se encuentra en la dominación de una persona y la entrega total de la otra. Así, la persona inmovilizada permite que su pareja se ocupe del acto s3xual. Mientras la persona dominante emplea toda su creatividad para el placer mutuo. En el bondage el placer está en la vulnerabilidad de la persona sumisa, en la presión de las cuerdas y su roce con ciertas zonas del cuerpo.
¿Con qué se puede atar y con qué no?
Se pueden utilizar muchas herramientas: lazos, esposas, medias, corbatas, cinturones, esposas, cintas de tela, cuerdas de algodón, etc. Las cuerdas de cáñamo y materiales similares no son recomendables, pues muchas veces producen quemaduras o cortes en la piel.
¿Cómo atar de forma segura?
Tené cuidado con el material de los elementos y la presión que vas a ejercer en ciertas partes del cuerpo. La idea es que la persona esté atada, pero que estas no le presionen tan fuerte que haya daños en la piel, además está totalmente prohibido dar una vuelta de más de 180º en el cuello o cualquier otra zona que pueda provocar un accidente grave.
La persona dominante tiene que entender que además de un juego s3xual, es un juego de confianza, en donde la seguridad e integridad de la otra persona está en sus manos, por lo tanto siempre debe estar pendiente del bienestar de la persona sumisa.
¿Por qué sentimos placer?
Tiene que ver con muchos factores, algunos sensoriales y físicos, además tiene que ver con la adrenalina que el cuerpo genera y también a nivel psicológico. Por ejemplo quién es atadx tiene la oportunidad de perder «responsabilidad», de sentirse libre entre las ataduras.
¿Cómo iniciarse en el bondage?
Primero, y como toda práctica s3xual, se debe conversar con la pareja, ya que esta debe ser completamente consensuada, además de darse en un ambiente de confianza y seguridad.
Escogé un rol. En el juego del bondage hay una persona sumisa y otra dominante. Conversá con tu pareja o tu compañerx sexual y escojan quién va a asumir cada rol. Esta decisión no es permanente, pueden cambiar de roles y experimentar ambos lados.
Disfutalo. Sea cual sea el rol que decidás asumir, vivilo y disfrutalo como tal. Esto te permitirá explorar tu sexualidad de una forma que quizá no conozcás. Si sos sumisx, cumplí las peticiones de tu pareja y seguí con el juego de poder. Si sos dominante, explotá tu creatividad y explorá diferentes fantasías placenteras para ambxs.
Utilizá vendas para los ojos. Estas le suman diversión a la experiencia, además limitan las distracciones visuales y potencias las demás sensaciones.
Es fundamental tener palabra clave. Antes de iniciar tienen que crear un código en conjunto, este debe incluir los límites de cada unx, las reglas y la palabra clave. Esta será utilizada cuando algunx de lxs dos no esté de acuerdo con alguna práctica, o sienta dolor o incomodidad. Una vez que se dice la palabra clave se deberá detener por completo.
Probá diferentes posiciones. En un inicio las ataduras pueden limitar las posiciones, sin embargo esto no tiene que ser así, si explorás y te ponés creativx podés encontrar una gran cantidad de posiciones diferentes que harán más placentera la experiencia.
Es importante recalcar que el bondage NO debe realizarse bajo los efectos del alcohol u otras drogas. De la misma forma, evitá llegar al límite (por lo menos en las primeras experiencias): recordá que no se trata de causar dolor, sino de potenciar el placer.