Desde siempre hemos pecado en sobre simplificar la sexualidad masculina. Tratándolo como un chiste, en nuestra comunicación y conversaciones cotidianas. Pensando que un hombre nada más quiere meterla, sacarla y acabar, que sólo necesita de una mano para llegar al estornudo de clímax que tienen al final de su orgasmo.
Este pensamiento limita la sexualidad masculina, reduciéndola exclusivamente a la eyaculación, el único placer son esos 5 segundos del final.
La cultura popular ha propiciado que los hombres que quieren adentrarse en sus sensaciones, explorar a solas y usar juguetes, sean vistos cómo “el pervertido” o el que no tiene el suficiente éxito como para encontrarse una pareja.
Esta creencia no puede estar más lejos de la realidad. La sexualidad y placer de los hombres es digno de ser explorado, experimentado y disfrutada.
¿Y vos, ya cambiaste tu chip? – #ExterminandoTabues
Fuente: Cam fraser